Enrique Clemente, el prometedor producto de la cantera, es uno de los principales beneficiarios del reciente cambio táctico en , finalmente jugando en su posición natural y mostrando signos positivos que podrían ayudar a olvidar su difícil comienzo de temporada.
El regreso de Clemente al club que ama no se ha desarrollado como lo había soñado. Inicialmente no estaba entre las primeras opciones para reforzar la defensa zaragozana durante el verano. Sin embargo, ante el fracaso de otras operaciones de traspaso y la determinación del técnico Víctor Fernández de recuperar a un jugador en el que hasta entonces había confiado, el Real Zaragoza consiguió la cesión del joven defensa.
Desde entonces, las actuaciones de Clemente han estado muy por debajo de las expectativas, lo que le ha costado al equipo aragonés valiosos puntos. Hay que admitir que las circunstancias no han estado a su favor y ha tenido problemas debido a que lo jugaron fuera de posición… hasta ahora. El cambio a una formación de cinco defensas con tres centrales encaja como anillo al dedo en sus características. Víctor lo dejó claro cuando afirmó que “Clemente es el jugador perfecto para cuando necesito jugar con tres centrales”, al anunciar la cesión del jugador. Ahora, posicionado correctamente, el producto de la academia juvenil está ansioso por buscar la redención.
El zaragozano quiere dejar atrás sus malas actuaciones ante el Sporting (incluida una tarjeta roja), Almería y Castellón, donde estuvo implicado en varios de los goles encajados. Los nervios por su regreso, las incertidumbres en el lateral izquierdo, la falta de decisión y acontecimientos desafortunados han creado una tormenta perfecta que parecía haber condenado a Clemente al banquillo. Tras el partido ante el Castellón, Víctor Fernández había dejado de contar con él.
En los últimos cinco partidos ligueros, Clemente sólo había disputado 15 minutos ante el Córdoba, dejándose con las manos vacías en los partidos ante Granada, Huesca, Málaga y Albacete. Si nada cambió, parecía que el defensa aragonés había agotado todas sus oportunidades. Sin embargo, surgió un rayo de esperanza cuando el técnico decidió hacer un cambio táctico debido a los problemas defensivos del Real Zaragoza, optando por un sistema de tres centrales. Aquí es donde el joven jugador puede mostrar sus mejores habilidades y demostrar que es un activo valioso para el equipo aragonés.
A pesar de un comienzo inestable, en el que lamentablemente marcó un gol en propia meta durante el partido de copa contra el Granada y falló un penalti crucial en la tanda decisiva que llevó a la eliminación del Zaragoza, Clemente logró dejar atrás esos incidentes. Realizó una sólida actuación táctica, demostrando una versión significativamente mejorada del zaragozano en comparación con sus últimas salidas que lo habían confinado al banquillo.
En Riazor, Víctor siguió apoyando al quinteto y a Clemente. El defensor superó las expectativas, mostrando una gran confiabilidad atrás, evitando errores notables y demostrando sus excepcionales habilidades con el balón, posiblemente el mejor defensor del equipo en este aspecto. No hay indicios de que el técnico zaragozano vaya a modificar su plan de juego para el próximo partido en Ipurua, ni que vaya a retirar su confianza en el jugador
Así, al menos hasta el mercado de fichajes de invierno, Clemente tiene una oportunidad de oro para cambiar el curso de su temporada y crear un punto de inflexión que incluso podría asegurarle un lugar en el once inicial para los partidos que quedan hasta Navidad.
Lo que suceda después es otra historia, ya que el Real Zaragoza planea reforzar su defensa central con al menos un jugador más en enero. No obstante, Clemente parece haber superado su mala racha, mirando hacia el futuro con optimismo y ganas de luchar por un papel importante en el club que tanto aprecia.